“Stencil o esténcil”, es una manera más para expresarse, pero no es una manera cualquiera, es una acción que te involucra con el entorno, con la gente, con el que sea, y sobre todo con la pintura, el color, la tipografía y el mensaje, si es que lo quieres dejar claro o te lo reservas.  Es una palabra que también utilizan los tatuadores y los pintores de tabernas, tiendas o autos. Y aunque se utilizó y se utiliza como propaganda, el Stencil siempre ha sido revolucionario. Tiene poder.

 

Se hace con distintos materiales como en cartón, papel,  metal, acetato, en lo que haya, hasta un parcero lo hace en radiografías. Las islas y los puentes son fundamentales para que el stencil ya que logran darle forma y no permiten que se convierta en una mancha más; No es complicado solo basta con investigar un poco. Lo más bonito del stencil es que aunque no sepas dibujar, no importa porque  puedes sacar una imagen o una crear una composición a partir de una fotografía o bajar una  ya hecha en internet y pasarla a negativo.

 

Es un proceso, un sentimiento y un anhelo, desde que se escoge la imagen o se hace digital o dibujada, se copia a la cartulina con un marcador o si hay plata se imprime, se corta con empeño y uno que otro chuzón; luego se le pone mucha cinta ( a mucha gente le da pereza), se consiente la pared,  y la recompensa es darle la forma con el spray, color a color,  alejarte y acercarte para que a la final cada hueco este allí por algo. Eso estuvo en tu mente y se llama Arte.

 

Y en la calle es imprescindible, sobre todo en las calles donde ronda desigualdad, impunidad, y ahogamiento,  entre un montón de gente habrá algo que decir, seria lo ideal, ¿no?.  Grises o coloridos son parte de la ciudad y ella los escupe año tras año huella tras huella, el fuego y la palabra.  

 

Gracias al Stencil por ser Libertad.

 

¡Más Pintura!

 

Por:  Sebastián Lo8o / Visual Fyah